boca tartamuda

el miedo es una cueva muy oscura.
un ejército de bosques que te atrapa.
el miedo es una escultura en silencio,
debajo de una arcada.
las piedras que sofocan los bostezos,
despiertan madrugadas como filos,
grises puntas afiladas
rodean el aire de los túneles,
el camino de los pies de todo el reino,
baldosas de piedra,
caminos enormes.
el miedo es una lombriz que puso huevos en la espalda,
un bloque de piedra en la columna,
en el cuello cuando se piensa.
la medusa del cerebro,
la magnolia verde flotante,
eléctrica reseña de los huesos,
pálidos resortes de cosquillas por el cuerpo.

es la boca tartamuda que te acecha,
sobre cada ladrillo,
cada desierto,
sobre cada uno de los pestillos,
bajo los quicios,
en las paredes,
sobre la alfombra,
bajo los muebles,
dentro de la luz y las pestañas,
entre tus hombros y tus omóplatos,
en la bañera,
en los espejos,
donde colgás el sombrero,
en los armarios,
en los tornillos y el humo de tu cigarrillo,
entre los dientes,
en las axilas,
en los anversos de las monedas,
en la garganta.